Para prevenir el sida lo más
importante es conocer la enfermedad y sus mecanismos de transmisión. Ante
cualquier duda o posible exposición al virus, es preciso someterse a la prueba
de detección del VIH, porque un diagnóstico precoz puede mejorar notablemente
el pronóstico.
Cómo se contagia el VIH
Saber cómo se contagia el SIDA es
fundamental para poder evitar las conductas de riesgo. Para que pueda
producirse la transmisión del VIH deben darse tres condiciones:
Evidentemente, es
necesario que una de las personas presentes sea portadora del VIH. Ninguna conducta de riesgo (como por ejemplo el
sexo anal) supone un riesgo en sí misma si ninguna de las personas implicadas
está infectada.
La concentración de VIH tiene que
ser suficiente para que se pueda producir la transmisión. La sangre es el
fluido corporal donde el virus está más concentrado. Por lo tanto, una pequeña
cantidad de sangre bastaría para infectar a alguien. Sin embargo, con la misma
cantidad de flujo vaginal no se produciría la transmisión porque el VIH está
mucho menos concentrado en ese fluido.
Es necesario que
el VIH entre en la corriente
sanguínea para contraer el virus. La piel impide que el VIH se
introduzca en el organismo, por lo tanto no basta con haber estado en contacto
con un fluido contaminado, es necesaria una vía de entrada en forma de herida
abierta, cortadura, fisura, desgarro, o a través del contacto con las membranas
mucosas.
Cuando una persona está infectada con VIH, puede
transmitirlo a otras personas a través de los siguientes fluidos corporales:
·
Sangre (las mayores concentraciones de VIH se
encuentran en la sangre).
·
Semen.
·
Secreciones vaginales.
·
Leche materna.
· Fluido pre-eyaculatorio. En este los niveles de
concentración del VIH son muy bajos, pero existe riesgo.
El VIH no puede transmitirse a través de:
·
Saliva.
·
Heces.
·
Orina.
·
Sudor.
·
Lágrimas.
Sida: conductas de riesgo a evitar
Por lo tanto, para prevenir el contagio, lo mejor
es evitar las conductas de riesgo que supongan el contacto con los fluidos
capaces de transmitir el VIH:
- No intercambiar jeringas o agujas con otras personas, porque la sangre infectada pasaría directamente al torrente sanguíneo, y esta es la forma más rápida y eficaz de contagio.
- Usar siempre instrumentos estériles o desechables para perforar la piel (tatuajes, análisis de sangre, inyecciones...). Por el motivo explicado en el punto anterior.
- Utilizar correctamente preservativos de látex (masculino o femenino) al mantener relaciones sexuales con penetración (ya sea anal, vaginal u oral).
- Evitar el sexo oral sin protección. Aunque parece que la boca es un entorno hostil para el VIH, se han dado casos de transmisión del VIH por vía oral (boca-pene, boca-vagina y boca-ano), por lo que el contacto de semen, secreciones vaginales o sangre infectados en la boca supone un riesgo.
- Las mujeres embarazadas portadoras del virus deben recibir tratamiento para disminuir el riesgo de transmisión al feto durante el embarazo y el parto, y no amamantar al niño. Es aconsejable, además, el parto por cesárea, ya que reduce el riesgo de transmitir el virus al bebé.
- Los profesionales sanitarios que trabajen con enfermos de sida deben extremar las precauciones para no pincharse accidentalmente con agujas infectadas, y utilizar ropa, máscaras y gafas protectoras para evitar el contacto con sangre u otros fluidos que contengan el VIH.
- La sangre que se emplea en las transfusiones, y cualquier producto sanguíneo que se vaya a utilizar en algún tratamiento (como el de la hemofilia, por ejemplo) tienen que ser analizados para descartar la presencia del virus.
- Al igual que la sangre y sus derivados, también es imprescindible analizar el semen donado con la prueba de anticuerpos del VIH antes de ser utilizado.
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